Es delicada y esbelta, pero no débil. Por el contrario, siempre ha sido muy temperamental y ha decidido su camino casi excluyentemente. De cualquier manera, su físico esbelto tampoco ha sido impedimento para afrontar los frecuentes y grandes peligros; despejando esos trances con éxito y sin excepción. En todo caso, cuando el riesgo es ostensible por la diferencia de fuerzas y tamaños, elije el momento justo – inmediatamente después de dejar atónito al contrincante con su testimonio de coraje superlativo – para escabullirse casi como un fantasma, dejando súbitamente vacío el espacio donde se encontraba un momento antes. Es que encuentra el mejor camino de escape con premura tan instantánea, como atinada elección; como si la situación le hubiera sido conocida con mucha antelación al momento de tomar la decisión. Lo que señala inteligencia y previsión, cualidades que desearíamos para nuestros hijos.
Eso si, exige cariño a su modo y sobriamente. A cambio ofrece muy pocas manifestaciones de afecto; se acerca lenta y cuidadosamente a frotarse levemente contra nosotros y con aire distraído nos mira casi desinteresadamente. Pero no deja de evidenciar su segunda intención, cuando advertimos que recibe más gustosamente de lo que da. Se provee en general de lo que se le suministra. Aunque insiste en obtener su sustento por medios propios, y aproximadamente una vez por mes nos muestra su adquisición a modo de trofeo y obsequio.
Está investida de una majestuosidad natural. Tanto que pareciera que nos concede una gracia provisoria, cuando nos deja acariciarla. No obstante hace manifiesto su gusto con signos inequívocos de placer sensual, además de eventualmente producir un sonido, de carraspera profunda y continua, llamado ronroneo.
Sin estridencias, se ha ganado un lugar; su presencia es un alegre beneficio balsámico, su ausencia, nada dejaría que no doliera.
Deja una respuesta