Lamiendo el agua lenta de tu piel
desemboco entre pájaros perdidos,
de esos que vuelan dentro de tus ojos;
como si perderse fuera un destino
sabido por todos los que te aman.
Muchas cosas nos faltaron gozar,
muchas otras nos faltaron soñar:
auroras de carne y de retozo, y
quimeras como rampas resbalosas.
Hoy los caireles sucios de mis lágrimas
son un magro diluvio inconsecuente.
Todo el pasado del sendero estrecho
sintetizado en esta lluvia vana
desplegó escondidas emociones
posponiendo los lujos del deseo.
Para medirte el alma, solamente
necesito ser novio de tu piel
tan oscura – tan celda y laberinto –
que el luto de mi amor allí se pierde
como la luz al sol su ser encubre.
Tañida de amores morosos, ibas
a irrumpir por la senda de mi espalda
siendo caudal -el río y tributarios-
circulando los cuerpos de a torrentes,
porque allí nuestras sangres se reclaman.
PRIMER PREMIO POESÍA – Foro de Empleados Legislativos Mendoza 2008
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